Haz deporte y evita la deshidratación
Hacer deporte de manera regular tiene muchos beneficios y además nos hace sentir muy bien. Esto sumado a una buena alimentación puede marcar la diferencia entre un estilo de vida saludable y un estilo de vida sedentario. Con la llegada del verano y el buen tiempo, apetece mucho más realizar deporte al aire libre y disfrutar de nuestro tiempo libre.
Sin embargo, las altas temperaturas y el sol directo pueden suponer un riesgo para tu salud y por ello es esencial que sigas una serie de precauciones que te ayuden a entrenar sin deshidratarte.
¿De qué vamos a hablar en este post?
Deporte y calor
Siempre que realizamos algún tipo de deporte o ejercicio físico, nuestra temperatura corporal aumenta, obligando a nuestro cuerpo a autorregularse a través del sudor. En verano, la temperatura corporal previa al deporte ya es elevada, lo que provoca mayor sudoración durante la práctica deportiva. Por eso, es posible que nuestro cuerpo no sea capaz de autorregularse de manera correcta y lleve a la deshidratación, lo que puede suponer una serie de riesgos para nuestro cuerpo.
Deshidratación
La deshidratación se produce cuando perdemos a través del sudor más líquidos de los que vamos ingiriendo, y en un inicio puede provocar sed, aturdimiento o mareos pudiendo derivar en síntomas más graves, como los golpes de calor.
Calambres
Los calambres son espasmos que se producen en las extremidades, dependiendo del tipo de deporte realizado, siendo más frecuentes los de los gemelos, abdominales y cuádriceps, a causa de la pérdida de agua y electrolitos provocados en la deshidratación.
Síncope
Tiene lugar cuando se produce una acumulación de sangre en las extremidades inferiores, disminuyendo el flujo de sangre dirigida al cerebro, y provocando la perdida de conocimiento. Suele darse en personas con baja tensión arterial no acostumbradas a hacer deporte.
Hipertermia
Se produce cuando nuestro cuerpo no es capaz de regular nuestra temperatura por ser esta superior a 40 grados. Si se está expuesto a esta circunstancia de manera prolongada, puede desembocar en un golpe de calor, existiendo el riesgo de sufrir fallos orgánicos y en casos muy extremos incluso la muerte.
Hiponatremia
Tiene lugar cuando se produce una fuerte bajada de sodio a causa de una sudoración excesiva o incluso de beber mucha agua de golpe. Algunos de sus síntomas son nauseas, desorientación, dolor de cabeza y debilidad muscular. Existe mayor probabilidad de sufrir hiponatremia en ambientes húmedos.
Como evitar estos riesgos
Existen una serie de consejos que podemos seguir para evitar sufrir cualquiera de estos riesgos añadidos al deporte en verano.
Hidratarse bien
Hidratarse es bueno y aconsejable en cualquier época del año y en cualquier actividad, sin embargo, en verano existen más razones para mantenernos bien hidratados. Bebe agua o una bebida isotónica media hora antes del entrenamiento y en intervalos de 20-30 minutos durante el ejercicio. Eso sí, recuerda que beber mucho de golpe puede provocarnos una bajada de sodio brusca.
Evita ciertas horas del día
Las horas comprendidas entre las 12 y las 17 son consideradas las de mayor riesgo ante la deshidratación por encontrase el sol más arriba y más directo. Por eso aconsejamos evitar esas horas para salir a correr o hacer ejercicio, siendo mejor dejarlo para primera hora de la mañana o última hora de la tarde.
Come bien
Es muy importante no realizar ninguna actividad en ayunas, sobre todo si es a primera hora de la mañana pues llevaremos toda la noche sin ingerir ningún alimento. Además, es esencial dejar una hora entre la ingesta de comida y el deporte para evitar mareos y otros síntomas. Realiza comidas ligeras que tengan una digestión sencilla, evita el alcohol y escoge alimentos con alto contenido en agua.
Elige ropa adecuada
Escoge una ropa que permita la transpiración y sudoración para sentirte más cómodo y ayudar al cuerpo a realizar su trabajo autotérmico. En verano también es prudente utilizar gorra para proteger la cabeza.
Échate crema
Entrena en zonas con sombra y utiliza siempre protección solar de, al menos, FPS 30 para evitar quemaduras e insolaciones corporales.
Haz deporte acompañado
Realizar el deporte acompañado tienes muchos beneficios, es más divertido, desafiante y está comprobado que ayuda a convertir el deporte en un hábito. En verano, además, existe una razón a mayores y es que es más seguro frente a los posibles riesgos ya que puede pedir ayuda o socorrernos en caso de necesitarlo.
Haz caso a tu cuerpo
Tu cuerpo es muy inteligente y te mandará señales si no se encuentra bien, por eso hazle caso y si notas un mayor cansancio o sufres alguno de los síntomas explicados en este post, como desorientación, dolor de cabeza, mareos o temblores detén inmediatamente el ejercicio, hidrátate y descansa.
Como podéis comprobar entrenar sin deshidratarse este verano es posible, solo hay que usar la cabeza y tomar ciertas precauciones.