Cómo mejorar tu flexibilidad
Muchas personas por naturaleza son muy elásticas. En cambio, hay otras que no tienen flexibilidad y deben trabajarla para aumentarla. Por suerte, se trata de una habilidad que puedes mejorar con el tiempo si realizas ejercicios adecuados de forma constante.
No solo los deportistas deben trabajar la flexibilidad, sino que cualquier persona debe trabajarla para evitar lesiones, contracturas o desgarros. Además, con la edad la flexibilidad se va perdiendo si no se ejercita. Por eso, te proponemos algunos consejos para mejorar tu flexibilidad y que no se te haga cuesta arriba realizar algunas tareas cotidianas.
¿De qué vamos a hablar en este post?
Consejos prácticos para mejorar tu flexibilidad
Según especialistas, si a la edad de los 20-30 años no se ejercita la flexibilidad, habrá una pérdida importante de casi el 80 %. No obstante, por suerte, aunque sea difícil mantener la flexibilidad de la infancia, sí puedes mantenerte elástico conforme vayan pasando los años.
Antes de empezar a trabajar tu elasticidad, es importante que consultes a un entrenador deportivo para que te indique qué ejercicios son los más indicados según tu condición física y edad, cuántas repeticiones hacer y con qué frecuencia.
Para que te hagas una idea, estas son algunas consideraciones que debes tener en cuenta para mejorar tu flexibilidad:
Estira cuando te levantes
Al despertarte aún los músculos están fríos; así que es recomendable que estires suavemente tus músculos desde la cama si estás más cómodo.
Sin duda, empezarás el día más energético y notarás poco a poco cómo mejora tu flexibilidad.
Realiza ejercicios de estiramiento después de hacer cualquier ejercicio físico
Sea cual sea la actividad física que realices, independientemente de la intensidad que le pongas, debes estirar siempre antes y después de cada actividad.
Esta es una parte imprescindible de tu entrenamiento que no puedes saltarte, ya que esto podría ocasionar lesiones y disminuir tu flexibilidad.
Relaja tu mente
Si en tu rutina habitual siempre estás tenso y te estresas a menudo, esto también se reflejará en tu cuerpo.
Por tanto, si vives más relajado, tus músculos no estarán en tensión y fomentarás la flexibilidad de tu cuerpo en general.
Practica yoga
Otra forma para mejorar tu flexibilidad es practicando yoga. Es uno de los deportes que más ayuda a mejorar y conservar la elasticidad corporal. Y es que gracias a sus diferentes posturas y ejercicios, mejorarás tu capacidad para mover tus articulaciones y músculos.
Aquí también es muy importante un calentamiento previo antes de practicar yoga. Si tienes dudas sobre si estás en riesgo de sufrir lesiones con este deporte, te recomendamos que consultes a un especialista.
Realiza elongaciones dinámicas y estáticas
Existen dos tipos de ejercicios para mejorar tu flexibilidad. Uno es aplicando un sistema dinámico y otro aplicando un sistema estático.
Dentro del sistema dinámico, encontramos los ejercicios más habituales, tales como el balanceo, el lanzamiento y giro de brazos o piernas. Estos ejercicios principalmente son ideales para principiantes. Si es la primera que lo vas a hacer, ten cuidado con los rebotes, ya que pueden provocar lesiones.
Por otro lado, están los ejercicios que realizan un trabajo muscular más focalizado. Estos son sistemas estáticos, pero solo se recomienda que lo hagan aquellos que están en forma, debido a que se requiere mucha concentración y un buen control del cuerpo.
Por ejemplo, dentro de este último grupo están los estiramientos isométricos. Estos son los ejercicios que someten al músculo a tensión (durante 10 -15 segundos) sin realizar ningún movimiento; solo ejerciendo fuerza sobre el suelo o sobre algún elemento en el que estés apoyado (con un descanso entre repetición de 20 segundos).
Ejercicios para aumentar tu flexibilidad
Uno de los ejercicios de estiramiento que requiere una elongación estática son los estiramientos de isquiotibiales. Este consiste en sentarte y extender las piernas de forma separadas. Después, deberás inclinarte para tocar un pie con las puntas de tus dedos.
Otro ejemplo para mejorar tu flexibilidad son ejercicios de elongación, en este caso dinámica, como es el balanceo de piernas. Para ello, apóyate en una pared y balancea la pierna como si fuera una aguja de reloj. Deberás aumentar la altura del balanceo cada vez que realices un nuevo movimiento.
Indudablemente, es importante que cada uno adapte sus ejercicios de flexibilidad a su forma física y a su edad. Y si tienes dudas o sientes cualquier molestia, debes consultar a un especialista para evitar lesiones y contracturas.