Sobreentrenamiento: ¿entrenas más de la cuenta?
Cuando se trata de cuidar nuestra salud, tan importante es realizar ejercicio con frecuencia y llevar una vida activa, como no sobrepasarnos con el deporte y los entrenamientos.
Existe una gran diferencia entre entrenar para cansarnos (lo cual no es ningún objetivo) y entrenar para lograr una meta concreta como mejorar la composición corporal o con el fin de mejorar nuestra calidad de vida. De hacer lo primero lo que conseguiremos será una fatiga generalizada, sobreesfuerzos conocidos como sobreentrenamiento, que afectará a todo nuestro cuerpo e incluso a nuestra mente, impidiéndonos avanzar.
Para evitar la excesiva carga de trabajo, volumen, intensidad y falta de descanso, es necesario que la planificación y los entrenamientos estén llevados a cabo por un profesional. Esta semana te traemos varios síntomas de que estás entrenando más de la cuenta para que aprendas a entender a tu cuerpo.
¿De qué vamos a hablar en este post?
Sobreentrenamiento
Cuando realizamos un buen entrenamiento lo que provoca es un mantenimiento o una mejora del rendimiento. Sin embargo, cuando no existe una adaptación adecuada, ya sea por exceso de carga de trabajo, una mala recuperación o ambos, la capacidad de rendimiento empeora y se genera el sobreentrenamiento.
Por lo tanto, dicho síndrome hace referencia al último proceso de desadaptación a los estímulos del entrenamiento. Los sistemas de entrenamiento están basados en el síndrome general de adaptación por el cual un estímulo, en nuestro caso el entrenamiento provoca una alarma.
Entre el entrenamiento como estímulo y la fase de adaptación hay un periodo de deterioro, la fatiga. A la conclusión del estímulo, provoca una adaptación llamada compensación. Después de los pertinentes cambios morfológicos y funcionales conllevará a la mejora o mantenimiento del rendimiento.
Como consecuencia de estos estímulos adaptativos del entrenamiento, si la magnitud del estímulo es muy grande o el tiempo de recuperación muy reducido, entraríamos en la fase de deterioro del rendimiento.
Todo esto anteriormente explicado, puedes notarlo a través de un retroceso en tus metas, así como la aparición de distintos síntomas dependiendo de la intensidad el cuadro.
Dolor muscular de manera prolongada
Muchas veces es inevitable tener molestias leves durante uno o dos días tras una sesión, notar un sobreesfuerzo muscular. Todo esto puedes notarlo a través de un retroceso en tus metas, así como la aparición de distintos síntomas dependiendo de la intensidad del cuadro, pero debemos escuchar a nuestro cuerpo y fijarnos si el dolor persiste en el tiempo, ya que se trata de una señal de alerta.
Si sentimos dolor no debemos entrenar, al contrario, lo correcto es darle a los músculos el descanso necesario para su recuperación y regeneración.
Sensación de sed continua
Si sometemos a nuestro cuerpo a un esfuerzo adicional para el que no estaba preparado, lo más seguro es que perdamos más líquido de lo normal y experimentemos más sed.
Esto se traduce en deshidratación, y esta sed no se pasa por mucho que se beba, ya que no repara suficientemente el déficit de agua. Tanto la hidratación como la nutrición adecuada son clave para lograr una correcta recuperación.
Lesiones por sobreesfuerzos
La razón principal de la necesidad de descanso en el deportista radica en que ayuda enormemente al cuerpo a regenerarse y adaptarse al esfuerzo, ya que en caso contrario los músculos o articulaciones involucrados en el entrenamiento pueden sufrir lesiones leves como punzadas, contracturas, calambres, o lesiones más serias como tendinopatías, desgarros musculares, elongación muscular o tirón muscular, fascitis plantar e incluso fracturas por estrés oseo.
Todo esto anteriormente explicado, puedes notarlo a través de un retroceso en tus metas, así como la aparición de distintos síntomas dependiendo de la intensidad el cuadro.
Enfermedades frecuentes
Un ejercicio intenso y continuado afecta a nuestro sistema inmunitario, aumentando las posibilidades de sufrir enfermedades y dolencias como dolores de cabeza, tos , gripe o alteraciones hormonales.
Además, en el caso de las mujeres puede producirse una disminución del volumen menstrual o patologías como la tríada de la mujer deportista y en los hombres, disminución de la libido.
Insomnio
Aunque parezca paradójico, lejos de descansar mejor que nunca, un sobreentrenamiento provoca una excitación elevada del sistema nervioso simpático, lo que hace a nuestra cuerpo estar en continua alerta, lo cual imposibilita el sueño y nos produce insomnio además pudiendo provocar también sudoración nocturna.
Cansancio general
Un síntoma claro de que nos estamos pasando de la raya con los entrenamientos es sentir un cansancio generalizado persistente en el tiempo. Para identificarlo correctamente durante una sesión del entrenamiento, nos podemos basar en los siguientes 5 puntos:
- Me fatigo más rápido – recuperación incompleta
- Estoy menos motivado/a
- No puedo terminar el entrenamiento
- Me divierte o me gusta menos la sesión de entrenamiento
- Disminuye mi frecuencia cardiaca máxima y submáxima ante mismos estímulos
Si fueran afirmativos, analizando la aparición de los síntomas anteriormente mencionados, seguramente nos enfrentamos ante una situación de sobreentrenamiento.
Después de leer este post esperamos que entiendas qué tan importante es mantener una vida activa como permitir a nuestro cuerpo disfrutar de su merecido descanso. Y tú, ¿conoces algún síntoma más?